Muchas veces me preguntaron qué era eso que me unía tanto a River, y nunca pude encontrarle la respuesta exacta. Es algo muy grande, inexplicable, inentendible para aquellos que no lo sienten como yo. Es el amor en su máxima expresión. Es la fidelidad más inquebrantable. Es llegar al Monumental y sentirte en tu casa, compartir noventa minutos con aquellos que no conocés y sin embargo, durante el partido se transforman en tus más absolutos confidentes.
Con River te alegrás, te emocionás, te enojás. Experimentas hasta aquellos sentimientos que creías no tener. Pasás por todos los estados de ánimo pero con el mejor resultado, sentir que queres a River más que nunca, y lo que es mejor aún, compartirlo con tantos millones que lo viven con y como vos. Porque River es el mejor argumento para entender que el amor eterno existe. Que pueden pasar los años, los jugadores, que podemos transitar por momentos oscuros y seguir reafirmando que el sentimiento sigue intacto. Porque somos muchos, muchísimos, los que vestimos la casaca millonaria y defendemos con orgullo nuestros colores. Una pasión tan grande no necesita explicación porque cuando se siente, no hace falta entender.
Con River te alegrás, te emocionás, te enojás. Experimentas hasta aquellos sentimientos que creías no tener. Pasás por todos los estados de ánimo pero con el mejor resultado, sentir que queres a River más que nunca, y lo que es mejor aún, compartirlo con tantos millones que lo viven con y como vos. Porque River es el mejor argumento para entender que el amor eterno existe. Que pueden pasar los años, los jugadores, que podemos transitar por momentos oscuros y seguir reafirmando que el sentimiento sigue intacto. Porque somos muchos, muchísimos, los que vestimos la casaca millonaria y defendemos con orgullo nuestros colores. Una pasión tan grande no necesita explicación porque cuando se siente, no hace falta entender.
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